martes, 4 de septiembre de 2012

Maleducadas



Tuve que parar de leer mi novela en cuanto llegaron. Su discusión sobre quién era mejor, si Madonna o Lady Gaga, era incompatible con mi lectura de Doctor Zhivago. Por cómo miraban al guardia jurado que había apostado en el otro andén, supe enseguida que las dos chicas no habían validado el billete y encima tenían la desfachatez de no ceder su asiento a la viejecita temblorosa que acababa de llegar.
Cuando el tren llegó a la estación, suspiré aliviado y, agarrándolas con fuerza por el pelo, las arrojé a las vías. La locomotora frenó y, tras los gritos y el chirrido, disfruté de un maravilloso silencio. Abrí el libro y seguí leyendo.

Publicado en www.quimicamenteimpuro.blogspot.com el 22 de agosto de 2012.
Text de Joan Fontanillas Sánchez.

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