El sátiro aguardaba oculto tras
unos arbustos a que las ninfas regresaran en busca de más flores. Su cuerpo,
mitad cabra y mitad humano, ardía en deseos de apoderarse de alguna de las
muchachas y satisfacer violentamente sus instintos carnales.
Cuando las chicas regresaron con
sus cabezas coronadas de guirnaldas, el viejo sileno saltó con fiereza sobre
ellas pero fue reducido eficazmente por un fornido policía que patrullaba por
allí. Por lo visto, sus cuernos o quizá el rabo habían asomado entre la espesa
vegetación y eso alertó al agente.
El sátiro, todavía itifálico, fue
introducido con celeridad en el furgón policial bajo el abucheo general de la
multitud que se había ido congregando.
Publicado en www.lasiringadepan.blogspot.com el 3 de octubre 2012.
Publicado en www.quimicamenteimpuro.blogspot.com el 26 de febrero de 2013.
Ilustración: Vaso griego del s.V a.C. que representa un sátiro persiguiendo a una bacante.
Texto de Joan Fontanillas Sánchez.
Texto de Joan Fontanillas Sánchez.
Curiosa mezcla, la de la Mitología clásica con la sociedad de la ''pólis'' moderna.
ResponderEliminarÉs que a l'esfera del mite es permeten unes coses que avui en dia són presó segura. Com canvia el món!
ResponderEliminarQué horror! con lo calentito/ y tranquilo que estoy yo/ en mi cúpula de mirto./ ¡Que nadie me despierte del sueño/ oscuro y mítico! Hasta mañana, sin límites.
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