viernes, 1 de noviembre de 2013

Guerra civil



Nadie recuerda cómo se inició la contienda pero lo cierto es que, desde antaño, las piezas de ajedrez se hallaban inmersas en una cruenta guerra civil por el control de las sesenta y cuatro casillas. Los trebejos batallaban sin cesar sobre un territorio llano y cuadriculado que a diario se teñía de sangre. Las bajas eran numerosas y las víctimas de cada combate eran exhibidas sin pudor como tristes trofeos en las zonas colindantes al tablero. En cualquier caso, jamás se declaraba tregua alguna. 

La ideología de ambos bandos no podía ser más opuesta. Por un lado, las blancas insistían en que el tablero era en su origen totalmente blanco. No obstante, en algún momento y por causas desconocidas, su lisa y pálida superficie había sido mancillada por una panda de manchas negras que, en poco tiempo, terminaron por dibujar una cuadrícula bicolor. Creyendo que toda casilla, incluso las negras, albergaba en su interior una naturaleza blanca, resultaba lógico que reclamaran la totalidad de las casillas, fueran blancas o negras. De hecho, también menospreciaban a las piezas negras por considerarlas una versión sucia e impura de las blancas. En cambio, sus oscuros rivales argumentaban que el tablero siempre había sido negro pero que, por desgaste de la pintura, habían ido surgiendo distintas rozaduras de color claro que acabaron por delimitar lo que luego serían las casillas blancas. Por supuesto, las piezas negras también ambicionaban un control absoluto sobre todo el territorio de madera y consideraban a sus blancos enemigos como un simple hatajo de piezas descoloridas que debían ser erradicadas.

La lucha era sangrienta y, poco a poco, fue desnudando el tablero de piezas. Al fin, cuando sólo quedaron con vida los reyes, éstos se intercambiaron una cruel mirada de odio sin que hubiera ganadores ni vencidos. La partida terminó en tablas y todas las piezas fueron depositadas, una a una, en su caja de madera. Solamente entonces, cuando la caja estuvo cerrada y los trebejos se vieron sumidos en la más completa oscuridad, comprendieron las piezas que el color de su barniz era un pequeño detalle sin importancia.

Publicado en www.lasiringadepan.blogspot.com el 1 de noviembre de 2013.
Ilustración: Caja con piezas de ajedrez.
Texto de Joan Fontanillas Sánchez.

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