Harto de la programación que emitían en televisión, cambié
de canal con mi mando a distancia. Como no me gustó lo que daban, repetí la
operación varias veces hasta que, para mi sorpresa, me vi a mi mismo en el interior
de la pantalla. Antes de que yo pudiera evitarlo, mi doble pulsó su mando y me
apagó.
Publicado en www.lasiringadepan.blogspot.com el 30 de diciembre de 2012.
Texto de Joan Fontanillas Sánchez.
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